El último que quedaba...

Autor Miguel Ghezzi LU6ETJ


El hombre común no sabe exactamente qué es un radioaficionado, para el es como un astrónomo aficionado o como un aficionado al camping; entonces, cuando se imagina que puede utilizar una radio para hablar con sus seres queridos o sus amigos a la distancia y se entusiasma con la idea, la palabra radioaficionado es inmediatamente evocada en su mente. Tal vez sea porque somos seres legendarios, como las hadas, los duendes o los dragones, que la gente aún cree en nosotros...

Entonces dice: Voy a preguntar a los radioaficionados cómo puedo hacer, y por la lógica de la sociedad de consumo: qué debo comprar.

Podemos aprovechar la oportunidad para entusiasmarlo con nuestro hobby, explicarle de qué se trata o, si no podemos despertar su interés, indicarle el camino y el procedimiento para lograr una licencia privada, por ejemplo de Banda Ciudadana, que le permita alcanzar su objetivo.

En mis años de radio conocí muchos radioaficionados cuyo interés se despertó a partir de un equipo comercial y fueron de los mejores, otros no, como todo en la vida...

Viendo como, de a poco, los ciudadanos de todo el mundo se van apropiando de algo QUE ES SUYO, no del estado, ni de las compañias telefónicas, ni de los latifundistas, ni de las empresas de noticias, ni de Busch, ni siquiera de nosotros los radioaficionados (me refiero al espectro radioeléctrico), sería bueno que nosotros apoyemos a esos ciudadanos, que quieren el derecho de hablar con quien se le cante, SIN TENER QUE PAGAR POR ELLO A ALGUIEN QUE HACE NEGOCIOS CON SU
PROPIEDAD, y que PUEDAN HACERLO EN BANDAS DISPUESTAS A ESE EFECTO.

Porque YO QUIERO que los ciudadanos tengan derecho a comunicarse libremente por radio, al mismo tiempo que QUIERO poder ejercer mi tradicional actividad DE COMUNICACION, EXPERIMENTACION Y APRENDIZAJE DE LA TECNICA DE RADIO, ordenadamente sin interferencia de camioneros, pibes, solas y solos, sicópatas, neuróticos, tipos excelentes que les encanta el futbol, la pesca, o la política, QUE LAS ADMINISTRACIONES ESTADUALES DEJAN CAER EN NUESTRAS BANDAS POR SU
ACCION O INACCION, para no desprivatizar lo que nos expropiaron desde el principio mismo de la radio.

Hay una forma de que nuestras porciones del espectro no se pueblen de todo tipo de "Rara Avis" (sospecho que llegué tarde... ¿no?), y es que ellas tengan un lugar mejor, más barato y más cómodo adonde ir...

Como decía mi pariente: Tu comida no estárá segura mientras alguien tenga hambre...

Por eso para el amigo que hacía la consulta:

Puedes dirigirte a la Comunicación Nacional de Comunicaciones y solicitar una licencia para Banda Ciudadana, hay equipos muy baratos y capaces, especialmente si viajas muy lejos. En esa banda encontrarás, como en cualquier lado, todo tipo de gente, podrás hacer muchos amigos y otros te darán muchos dolores de cabeza. Allí algunos te dirán que "mejor es ser radioaficionado" porque "los radioaficionados tienen más posibilidades".

Otros te harán pensar que los radioaficionados son "mejores", (probablemente alguien que ya lo sea, para fanfarronear). Pero los
radioaficionados se dedican a otra cosa: son personas que se interesan por estudiar la radio, sus posibilidades, sus vericuetos,
que quieren armarlas (o desarmarlas para ver que tienen adentro), que se pasan horas leyendo libros con nombres raros como "Radio Amateur Handbook" o descifrando signos cabalísticos como reactancia, impedancia, longitud de onda...

Te aseguro que tus amigos y seres queridos saldrían huyendo despavoridos de las bandas de aficionados si es que no logran
contagiarse del virus que los convierten es esos extraños seres (si hubieran aparecido en la edad media, se habría gastado mucha más leña verde para quemarlos...)

Si escuchas una banda de aficionado y no notas diferencias con la banda ciudadana, es que he llegado tarde y ya se extinguó el último que quedaba...

Miguel Ghezzi LU 6ETJ