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La Tercera Generación 

 

 

En la fotografía Sylvester Foecking DH4PB, Oficial Radiotelegrafista de la Marina Mercante, luciendo su gorra y uniforme de diario. 

El correr de los años nos ha entregado una nueva generación de radiotelegrafistas aficionados. Sangre nueva que empieza a reemplazarnos lentamente y a los que empeñosamente intentamos guiar por los mismos caminos que nosotros desandamos.

 



En las épocas en las que el telégrafo llevaba las primeras noticias a los pueblos del país, el telegrafista se constituía en una pieza respetable y fundamental del desarrollo de esas poblaciones. Así como traía un nuevo decreto municipal de la distante cabecera del partido, avisaba del fallecimiento, nacimiento o casamiento de alguien que había dejado "las casas" tiempo atrás.

Era muy común asistir a las competencia de eficiencia, tanto en la cualidad de las transmisiones y recepciones como en la calidad de las escrituras, que en esos tiempos eran manuscritas, tanto de los libros de guardia como de los telegramas que recibían.

Podría describir la evolución actual como la tercera, siendo yo integrante de la segunda generación quienes recibimos de las propias manos de nuestros antecesores, los Telegrafistas Bronceros, sus enseñanzas y consejos.

Por ello nos encontraran siempre tratando de que quienes nos continúan mantengan los valores y el respeto por los conceptos esenciales de la profesión del radiotelegrafista, tanto de la vida terrestre del Servicio Fijo como las de la vida marítima del Servicio Móvil Marítimo.

Ellos se instruyeron de manera profesional, acudieron a Escuelas Secundarias e Institutos de formación en los que recibieron la enseñanza de múltiples disciplinas asociadas con la profesión. La distribución geográfica de los FF CC, las vías y corredores aéreos, la geografía de telecomunicaciones, meteorología, radioelectricidad, acumuladores y baterías, radiogoniometria, antenas, transmisores y receptores, constituían temas que a diario y según su especialidad el tele - radiotelegrafista ha debido abordar para obtener su certificado de operador en carreras que llegaban hasta los tres años de estudio en las Escuelas Industriales o de las especialidades de los servicios como el Correo, los FF CC y las FF AA.

De allí tomamos los principios básicos que guían las acciones del GACW en todos sus actos y siempre hemos intentado actuar solo como guía de referencia, como un faro que guía a los navegantes en la peor de las tormentas para llegar a buen puerto.

No siempre hemos acertado, pero aun en los momentos en los que hemos cometido errores involuntarios, siempre ha estado presente el verdadero espíritu del Morsista y del Radioaficionado, un espíritu en el que el bien común y el bienestar general se muestran por encima de otros aspectos.

Quizás en este mundo actual y en especial en nuestro Servicio de Aficionados, pretender que la tercera generación se encolumne detras de conceptos que pueden ser tildados de anticuados o fuera de época, es solo una ilusión, no obstante ello el GACW recibe a diario muestras de profunda consideración y adhesión por las conductas de respeto a los que nos antecedieron dejandonos la antorcha y la bandera del Morse para que la mantengamos encendida y flameando el tope del mástil.

 

La decision de pertenecer a la "filosifia grafista" está unicamente en sus manos, Uds. pueden elegir ser parte de nuestras generaciones o simplemente seguir como aficionados que saben Morse y lo disfrutan en las bandas segun sus propias convicciones. Lo primero nos permitirá continuar el mandato de los antecesores de las primeras generaciones y lo segundo es algo legitimo que se puede ejercer con libertad de conciencia. 

Cordiales saludos.
Alberto Silva LU1DZ