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- En la claridad de su escritura.

Este era un aspecto fundamental y si no se la poseia, se convertía en un motivo de reprobación de examen para acceder a un puesto vacante en el ferrocarril; 

Por ejemplo, salía publicada en el boletín de servicio una vacante de Auxiliar en una estación para que quienes pretendían acceder a la misma, concursaran para su titularidad al margen de tener que cumplir con algunos requisitos regulares establecidos de antemano (antigüedad, puesto mínimo anterior, etc).

A los efectos de ahorrar espacio en esas publicaciones existían abreviaturas convenidas que pautaban requerimientos y/o condiciones a cumplir, una de ellas era "BC" que correspondía a "Buena Caligrafía" toda vez que las máquinas de escribir eran implementos de muy difícil disponibilidad y reservadas a puntos neurálgicos de la parte administrativa, a la par que - suponete - en una oficina donde había 20 o más aparatos receptores si tan sólo 10 de ellos estaban simultáneamente recepcionando despachos por parte de sus Operadores (recordar que no existían los auriculares), el sonido de 10 máquinas de escribir al unísono convertiría en un aquelarre esa sala de operaciones;

Por lo detallado los despachos, fuesen "de servicio" (uso interno del FC) o "públicos" (los originados y/o destinados al público usuario) se recibían "a mano", por tal causa la caligrafía del Op. debía no sólo ser "agradable y vistosa" sino también - y fundamentalmente - muy clara;

En mi caso particular tengo muy presente unos cuantos telegramas públicos que en 1978 o 1979 me tocó recibir para un destinatario muy especial...

Por ese entonces la oficina de "Telégrafos Once" del FCDF Sarmiento tenía su radio de distribución de los telegramas públicos muy amplio, por ello los "Mensajeros" (encargados de llevar a destino los despachos) hacia el este tenían su límite en la zona de Puerto Madero, en el lapso citado tuvo lugar el cierre de la que era Universidad Nacional de Luján, este particular originó reclamos de distintos sectores que acudieron a diversos niveles para solicitar el no cierre de esa casa de estudios;

Varios de los sectores afectados residían en localidades satélites de Luján como Jáuregui, Olivera y Gowland, siendo que éstas carecían de servicio telegráfico de correo debían encaminar sus despachos por medio del FC, así fue que tuve ocasión de recibir varios telegramas públicos dirigidos al Presidente de la Nación, por entonces Tte. Gral. Jorge Rafael Videla, quien estimo habrá leído mi caligrafía plasmada el recibir textos que eran bastante extensos para el común de un telegrama común ya que rondaban las 70 palabras...

De igual forma los telegramas internos también debían ser de fácil y clara lectura pues el movimiento del FC se fundamentaba en lo que en esos despachos se informaba, solicitaba, otorgaba o disponía, siendo que los mismos llegaban hasta el Gerente de línea y en algunos casos hasta la misma Presidencia de Ferrocarriles Argentinos, consecuentemente no era muy plausible enviar telegramas con "patas de gallo" como letras;

El aspecto de la buena caligrafía en el ámbito de la radiotelegrafía ya no era un factor tan determinante ante la disponibilidad de máquinas de escribir o - como solíamos hacer en LSA - de las propias telex como medio de impresión;

Sin embargo aquí los libros de guardia eran redactados "a manopla" al igual que un radiotelegrama que se denominaba "P.A.M." (Punto Al Mediodía) que cursaban todos y cada uno de los buques que se encontraban en navegación alrededor del mundo, no así los que estaban surtos en puertos, siendo que dichos despachos iban a diversas gerencias de la empresa;

- En la exactitud y prolijidad de su libro de guardia.

Los Libros de Guardia - pese a su laconicidad que me recuerda a una de las actuales planillas de Excel - al ser la historia de clínica de la guardia de estación radioeléctrica, también debía ser claro y contundente, reflejando como un índice los acaecimientos de las distintas jornadas debiendo explayarse en la sección "Observaciones" cuando tenían lugar diversas situaciones que ameritaran ser detalladas;

Mientras que en el FC en lugar de "Libro de Guardia" existía el "Parte Diario" que lo reemplazaba y resultaba ser lo mismo que éste pero más resumido y sin foliar, lo retiraba el Encargado de Turno al finalizar la jornada;

Ocioso es decir que en el parte se debía observarla misma pulcritud que si fuese un libro de guardia, caso contrario el dia de mañana ante la necesidad de dilucidar un entuerto la falta de claridad de la escritura o de precisión en los conceptos volcados podían volverse en contra del mismo Op. que lo había confeccionado;

- En la correcta acentuación de su manipulación haciendo que los signos transmitidos resultasen fáciles de interpretar.

Ah, bueno..! menudo punto éste...

... y sí... en el FC era algo que te distinguía o condenaba...

...en este punto radican algunas de las diferencias fundamentales entre la "tele" y la "radiotelegrafía", punto sobre el que me explayaré en otro escrito.

Volviendo al FC y partiendo de la premisa que una transmisión realizada a mano, es decir con un manipulador vertical, al igual que la letra manuscrita, se convierte en algo sumamente personal e inimitable, digamos que como esa letra o la propia voz puede haber dos transmisiones similares pero nunca idénticas;

Tan así era que en Telégrafos Once en muchas oportunidades un aparato que comenzaba a llamar a esta central - pese que la "call sign" era apenas la letra "O" - dada la cadencia, armonía y musicalidad de su pulsación, nos permitía saber qué estación era la que llamaba y quien el Op. actuante, fuese porque se trataba de una elevada calidad o - por el contrario - por lo despatarrado y poco agradable auditivamente de ese llamado, siendo las características de esa transmisión la que distinguía a su poseedor, por bueno o por malo de su técnica;

Siempre dentro del ámbito ferroviario entre otras clasificaciones se distinguían dos grandes grupos de "transmisiones", estaban los que transmitían "firme" (sin hacer alusión a la postura personal de orden castrense...) y los que transmitían "en el aire", y aquí encontramos otra diferencia entre la "tele" y la "radio"...

Mientras que en una estación radioeléctrica el uso del manipulador no es más que un switch conmutador que habilita al Tx y éste se encarga de "empujar" la señal al aire por medio de la antena, en el FC el manipulador era quien literalmente debía empujar los electrones por la línea telegráfica a través de cientos de kilómetros hasta su destino, por ende la transmisión debía ser firme sin que "firme" de deba entender como "apretar fuerte" el manipulador sino que el "torque" de la transmisión debe limitarse a un adecuado cierre de los contactos del mismo producido sin vacilaciones o de forma dubitable ya que esas actitudes eran "eléctricamente" asimiladas incidiendo directamente sobre el amperaje inyectado;

Los Ops. que transmitían de manera firme no tenían problemas en que sus transmisiones fuesen claramente recepcionadas casi con prescindencia de la distancia recorrida, por su parte quienes lo hacían "en el aire" obligaban a sus corresponsales a una doble tarea, la de recepcionar en un idioma extraño al materno (el código Morse) y tener que dilucidar lo "que su Op. quiso decir" con respecto a "lo que su Op. dijo"... para ser más claro, los que padecían (o hacían padecer...) de "transmisión en el aire"muchas vez emitían una "B" ( -... ) y a destino llegaba una "D" ( -.. ) puesto que el primer "punto" se había perdido por el camino ante la falta de solidez de su pulsación;

...y como las cosas siempre pueden empeorar, cuando había lluvias constantes, fuertes vientos o grandes tormentas, las cosas empeoraban...

... para entender bien ésto hay que tener en cuenta que las líneas telegráficas se trataban de meros cables cuyo hilo conductor era un alambre de una aleación de cobre con otro metal más duro para otorgarle resistencia mecánica, por su parte la aislación se trataba de una tela de algodón envolvente alrededor del alma conductiva, el paso del tiempo y la inclemencia de los elementos atmosféricos hacían que esa aislación - endeble de por sí - se viera seriamente afectada, por ello ante condiciones adversas las corrientes se veían seriamente debilitadas por las pérdidas, fugas, roces, inducciones, etc, acabando en que a destino los valores efectivos de voltaje y amperaje llegasen menoscabados, si le sumamos una "transmisión en el aire" directamente las posibilidades de comunicación se acercaban peligrosamente a rangos de ineficacia;

...obviamente que como ocurre con las ondas de Hertz que ante condiciones adversas se debe apelar al QRS, en las líneas telegráficas ocurría lo mismo ya que debían alargarse los caracteres (puntos y rayas) para que pese a las pérdidas descriptas alcanzasen su destino, aplicando el método de "transmitir firme" pero sin que se exagerase la presión entre los contactos del manipulador ya que de actuar así - increíblemente - se lograban efectos no deseados;

... pero más allá de la cuestión técnica, la buena calidad de la transmisión - al igual que la buena música - facilitaba la tarea de la recepción, la construcción de las palabras mediante el alfabeto Morse con una adecuada cadencia entre todos los elementos que provee el código (sonidos cortos, largos más silencios cortos y silencios largos) al ser bien administrada tornaba agradable esa gestión de sonidos, por ello escuchar a un buen operador podía compararse con alguna de "Las Cuatro Estaciones" de Vivaldi mientras que una transmisión desgarbada, desalineada, desprolija y poco predecible traía aparejada una tarea extra que erogaba una dosis adicional de adrenalina que finalizaba en un cansancio prematuro en la jornada de labor;

... en buen romance digo que más de una vez prefería atender a una estación bien operada aunque tuviera tres o cuatro veces más caudal de tráfico que otra de menor caudal pero a cargo de un Op. con transmisión poco agradable, en definitiva el cansancio era mucho mayor con la última que con la que tenía muchos despachos para intercambiar.

La transmisión en el FC era algo así como la carta de presentación del Telegrafista, se dieron casos entre los que me incluyo en que establecimos "amistades virtuales" por línea telegráfica movilizadas por la atracción que ejercían mutuamente nuestras manipulaciones y nunca llegamos a conocernos personalmente, en mi caso específico es algo a lo que a través del tiempo le presté especial atención, siempre atendía las transmisiones de los colegas que se destacaban y trataba de extraer e incorporar de ellas lo que más me agradaba de sus manipulaciones, de igual manera cuando eran formas de manipular que no resultaban de mi agrado mi atención no mermaba pues observaba lo que no quería repetir en mi modalidad de manipulación.

Es menester señalar que dentro del ferrocarril el único modo de manipulación que se disponía era a través de los viejos y archiconocidos manipuladores verticales de bronce, no había laterales, chancletas, vibros y - mucho menos - electrónicos, por eso los QRQs eran a puro músculo y pulmón y te puedo asegurar que en épocas de mucho tráfico el "caminar" a 35 ppm. era cosa de todos los dias y perfectamente habitual como promedio de velocidad.

- El respeto por su corresponsal

Algo fundamental, hacía al buen Telegrafista, por eso se dió el caso de algunos Ops. que siendo técnicamente impecables (excelente manipulación, magnífica recepción, caligrafía inmejorable) pero con trato altanero, petulante o sobrador resultaban recordados como "mal bicho" o "mala persona";

 Al igual que como se lo hace en el ámbito "HAM" normalmente se debía adaptar quien transmitía a las condiciones de quien recibía, claro está que al hacerlo de manera profesional y como un trabajo a veces se complicaba mucho si en un puesto clave se destinaba alguien que no tenía la suficiente práctica como para estar a la altura de las circunstancias dado a que ello repercutía directamente en la calidad y agilidad de la operación ocasionando demoras en el intercambio, por eso se solicitaba que en esos momentos calientes se dispusiera de Ops. que pudiesen actuar en consecuencia sin que ello significara menospreciar al corresponsal o desprestigiar a alguien que se encontraba aún en su período de formación como Telegrafista;

Si bien los epítetos - y a veces insultos - llegaban a producirse, ésto no era algo que se considerara algo común, en mi caso particular - tanto siendo "Tele" como "Radio" nunca jamás le proferí un insulto absolutamente a ningún corresponsal, no porque yo goce de un carácter calmo y reflexivo sino por que no podía permitir que mi estado de ánimo o carácter predominaran sobre la calidad de Op. a la que yo aspiraba a llegar, lo cual no significa que posteriormente , fuera del aire y ya cara a cara no dejara de aclarar lo que debía ser aclarado, más aún si yo había sido receptor de algún improperio proveniente del otro corresponsal;

En verdad era un gran desafío poder manterse impertérrito frente a determinadas situaciones ricas en adrenalina que hubiesen quizá hasta ameritado una vociferación, sin embargo - ya con las aguas calmas - el duro éxito obtenido al haberse logrado mantener la compostura obrando de manera profesional concedía una tranquilidad de espíritu muy superior a una actitud impulsiva de responder la agresión o provocarla, como así una consolidación de las virtudes profesionales a las que se aspiraba conquistar;

- El cumplimiento de los QRX.

En el FC no existían los "QRX", me refiero al significado de esta abreviatura, salvo casos especialísimos en los que obviamente se respetaban esos compromisos de comunicación;

Lo que sí se respetaban eran los momentos en que se debía transmitir la hora oficial, cosa que se hacía desde Once a las 09,00 hs y a las 16,00 hs todos los días de lunes a sábado (los domingos la central permanecía cerrada), para este servicio se interrumpían todas y cada una de las comunicaciones en curso y no se podía interrumpir este procedimiento - el que duraba 60 segundos - aún ni siquiera esgrimiendo una llamada con el prefijo "SS" que era de carácter "urgentísimo" y se aplicaba a anuncios de accidentes o siniestros;

El orden de las comunicaciones - a diferencia de QRX establecidos - se daba por orden de llamada, en la medida que las estaciones del interior se iban presentando se las iba atendiendo, siendo que podían anunciarse dos o más veces en una misma guardia o cuantas veces fueran necesarias para producir su intercambio;

- En la exactitud de los textos transmitidos

 Ineludible, ni más ni menos que eso, ineludible;

La fidelidad de los textos transmitidos y/o recibidos era algo que no admitía discusión ni permisividad de ningún tipo, ante la confirmación de que hubiese habido una diferencia entre lo transmitido y lo efectivamente recibido se originaba un sumario en el que era muy habitual que resultara sancionado el Operador transmitente en lugar del recepcionante, toda vez que el primero debía arbitrar todos los recaudos para cerciorarse de que la recepción había sido correcta, llegando a disponer del recurso de solicitar la colación parcial o completa del despacho si es que albergaba alguna duda sobre lo que su corresponsal receptivo había obrado;

Este aspecto no admitía consideraciones de ninguna índole, el margen de error era equivalente a cero, de hecho ni siquiera estaba en nuestro pensamiento darnos la libertad de permitirnos algún desliz, pese a todo como "errare humanum est" se dieron situaciones de esta índole, muy pocas por cierto, algunas de tinte cómico y otros de diversas consecuencias, no obstante en el historial de la profesión su frecuencia fue insignificante y para nada representativa.

Mario Lorenzo Togno LU5EE

Enlaces:

Fotos de la estacion del Retiro en 1915 

http://www.taringa.net/posts/imagenes/1049557/Estación-de-Retiro-en-1915-en-Fotos-(Documento-Historico).html