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La educación competitiva, más el bombardeo competitivo, o la costumbre de hacer siempre lo mismo, hacen que el hombre tenga dificultades para integrarse a un grupo a menos que reciba una compensación y se subyugue a un mandamás o a un grupo de mandamases. Es decir, se integra a un grupo cuando su egoista afán de competencia se ve recompensada.

Esta es una de las tantas dificultades contra las que deben luchar los grupos "sin fines de lucro".

No hay actividad solidaria ni reconocimiento del otro.

Los grupos solidarios cuando funcionan lo hacen porque las cosas simplemente hay que hacerlas y nunca esperan un vuelto sino la satisfacción personal por haberlo realizado que mantiene ese fuego interior que los alienta para seguir adelante.

Inmunes a las críticas que quieren alejarlos de sus objetivos, tienen tan en claro lo que quieren realizar que no se avergüenzan ante un error y lo reconocen sin tapujos ni excusas.

Es muy difícil encontrar a gente que diga "no sé" ó "me equivoqué". Sin embargo, los que integran estos grupos debaten abiertamente sus ideas y cuando no lleagn a un acuerdo general sobre un proyecto, lo dejan de lado y pasan a otra cosa.

El concepto de cuerpo es difícil, muy difícil de lograr. Su base es la educación y el reconocimiento del otro, el tratar de salir de la seguridad rutinaria de todos los días lo mismo, temas tan manoseados como utilizados con fines políticos o sociales para manejar grandes masas anulando su actitud crítica.

La verdadera individualidad en la generalidad es casi una utopía, pero no es algo que no pueda alcanzarse y hacer de cualquier persona un ser capaz de actuar con sapiencia y sabiduría propias.

No he considerado finalmente a quienes por razones laborales están tan enajenados que ni siquiera pueden llevar una vida normal con su familia, aunque algunos logran reunirse con sus hijos los sábados por la tarde o los domingos.

Este ritmo de vida moderna, casi inexistente 50 años atrás es otra de las cosas que afectan la vida de las instituciones "sin fines de lucro".

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¿COMO PUEDE UN HOMBRE PRESO EN LA RED DE ACTIVIDADES RUTINARIAS RECORDAR QUE ES UN HOMBRE, CON EL ANHELO DE AMAR Y EL MIEDO A LA NADA?
Cuadro expuesto en Termas de Río Hondo y firmado por Juan Carlos Lopez y Elda Munar en 1996.
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Un abrazo
el etor LU6UO This e-mail address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it  
Coordinador del GACW
http://gacw.no-ip.org