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Quizás esa fue la semilla que tardó tres años en eclosionar y lanzarme a la actividad desde Pehuajó, cuando estudiando radio y completando mis conocimientos de radiotelegrafía, (en ese tiempo realizar un estudio terciario y hasta un secundario se ponía difícil para la economía, había que aprender un oficio y laburar) LU1DJV (Juan Carlos Navarro) y LU7EU (Felix Valai Olaiz) me incitaron para que me integrara a las huestes de los LU.

José Dean (LU2DDY) me dio instrucciones para armar mi primer equipo de 25 Watts con válvulas 25L6 y corriente continua de 220 Volts y entre el Handbook y los conocimientos de Alcides Rassori, mi patrón, le agregué la telegrafía a mi transmisor de AM. Todo ese despliegue solidario siempre me hacía preguntarme ¿Qué es un radioaficionado?  

Mediante examen ante el jefe de correo en Pehuajó obtuve mi licencia LU9DFB cuando tenía 14 años de edad. Guiado por mi entusiasmo, sanos consejos y experiencias gradualmente fui encontrándole la vuelta a eso de fabricarse cosas; fabriqué un oscilador de Frecuencia Intermedia, que le agregué a mi primer receptor, un RCA Victor que tenía la banda de 80, 40 y 20 metros. Con un solo auricular magnético hacía malabares para oír a las estaciones DX con mi antena Hertz de 40 metros de largo y alimentación en un extremo. Siempre me parecía que faltaba algo y era no solo equipamiento sino que no había encontrado la respuesta a mi pregunta ¿Qué es un radioaficionado?

Dos años después, con 16 años recién cumplidos, entré en la Dirección General de Circulación Aérea y Aeródromos como operador radiotelegrafista al reunir las condiciones que había desarrollado como operador LU. Para mí, acostumbrado a trabajar con señales generalmente bajas y ruidosas, trabajar con señales fuertes y limpias fue una fiesta, aparte teníamos unos receptores Collins HRO7R de banda ensanchada con lo que era un lujo escuchar CW.

Pocos años después logré que conectaran 440 Volts de corriente continua en mi pequeño taller y fabriqué un transmisor de AM y CW con cuatro válvulas 1625 de salida en RF (120 watts más o menos) moduladas por otras cuatro y siempre la misma antena. Justo a tiempo también terminé un receptor de doble conversión con circuito del Radio Club Río Cuarto, porque a los dos meses (octubre de 1963) fui contratado por la Marina como operador antártico en Decepción mientras dejaba a la Aeronáutica con una licencia sin goce de sueldo por un año.

Con mi amigo Héctor Scola (Abuelo del jugador de básquet) intercambiamos muchísimos conocimientos. El me enseñó televisión y yo lo actualicé en equipos de transmisión y compartimos operaciones LU en CW como Héctor 1 y Héctor 2 desde la inolvidable LU1ZC, cuando el intenso tráfico oficial lo permitía (En 1964 Decepción era central de comunicaciones antárticas, así que teníamos tráfico con barcos, aviones y en forma trihoraria colectábamos la información meteorológica de las otras estaciones antárticas, además de Río Gallegos, Puerto San Julian y Ushuaia en la Patagonia y se la repetíamos a Buenos Aires. Además intercambiábamos información de todo tipo con NGD, la Base Mac Murdo, norteamericana, al otro lado del polo sur).

Todo eso le dio otro significado a mi pregunta ¿Qué es un radioaficionado? Cuando además de comunicarme con todos los que salieran me metí de cabeza en la experimentación de antenas que facilitaran los QSO con determinados lugares, inalcanzables hasta ese momento y fabriqué una tosca direccional con caños de luz que quedó instalada en la cumbrera del techo de la casa de emergencia. Las QSL las intercambiaba el Servicio de Radioaficionados de la Armada Argentina (SARA). Todos los días les pasaba en 20 metros, en AM los comunicados realizados

A mi regreso, todo fue más difícil. La conversión a 220 volts de corriente alterna en el pueblo, la falta de elementos para operar con esa tensión, los compromisos con la familia y el trabajo, me obligaron a disminuir el ritmo de mi principal deseo: los comunicados y la experimentación. Sin embargo, el contacto personal con mis colegas mantenía intactos mis deseos de desarrollar esas ideas. Así fue que bajo la inspiración de Juan Carlos Navarro LU1DJV fui uno de los fundadores del Radioclub Venancio Bonet de Pehuajó. La Red de Emergencia Nacional creada en esa época me contó entre sus actores y cuando fui designado como secretario del flamante Radioclub mi primer emprendimiento fue dar un curso para aquellos que quería integrarse a la actividad, cuando todavía no existía esta reglamentación y la duración del curso fue de ocho meses.

El Handbook fue el principal auxiliar para organizarme ya que era la primera vez que trataba de enseñar. Siempre tenía la impresión que lo que hacía era poco y di una confusa respuesta a la pregunta que me realizó un aspirante ¿Qué corno es un radioaficionado? (Textual). Quizás yo había creado un mundo ficticio alrededor de la palabra y lo único que guiaba mi entusiasmo no eran las definiciones sino la actividad. Así fue que mientras mi patrón Rassori diseñaba las antenas encaré la tarea de fabricar un pequeño transmisor de televisión en el canal 3 con una válvula 6BQ6 de salida en video y una 6AQ5 de salida en FM de sonido. Fue oportunísimo porque transmitimos las actuaciones de artistas, hoy famosos, desde el Hotel Comercio (hoy desaparecido) Esto me dio la oportunidad de experimentar por primera vez una transmisión en AM de banda ancha, 4 Mhz) y una trasmisión en FM, desviación 75 Khz) Esto quizás merece una historia aparte.

En el año 1972 con mi flamante título de Perito Mercantil Nacional bajo el brazo me dieron el traslado a General Pico para que pudiera estudiar Ingeniería Electromecánica, con lo que mi actividad LU bajó muchísimo. El trabajo intenso y la intervención a la Facultad me hicieron desistir del proyecto cuando ya cursaba algunas materias de segundo año así que regresé a la actividad aunque no tenía equipo ni antena. Me integré al Radioclub Pampeano LU1UG donde fui muy bien recibido y del que fui Presidente en 1979 y luego en varios períodos. Todas las ganas que había guardado durante mis estudios las aproveché apoyado por un grupo muy activo de colegas locales con sus esposas y colegas de la zona. Instalamos 2 repetidoras VHF (Vertiz y Castex), participamos en los concursos de Emergencias que organizaba el Radio Club Argentino. Durante 22 años di cursos para aspirantes de radioaficionado y me integré al Grupo Argentino de Telegrafía (GACW). Fabriqué el segundo Radiofaro de 10 metros en Sudamérica, LU1UG en 28220 Khz, integrado a la Red Internacional de Radiofaros, la memoria del Radiofaro LU2FFV y el primer Radiofaro LU4XS que funcionó en Tierra del Fuego y que fue corregido por colegas de Buenos Aires.

Participé en incontables concursos, principalmente en CW, solo o en equipo con gente que me atendió con gran afecto y a quienes debo mucho de las cosas que aprendí durante esos días agitados.

En 1985, 1987, 1995 y 1997 participé en Expediciones DX desde Marambio, Jubany, Orcadas y Decepción cuya historia está escrita en mi libro Mi historia Antártica Personal, que presenté al público en 2004.

El Grupo Argentino de CW me honró designándome como Coordinador junto a prestigiosos colegas, con los que buscamos enaltecer y defender la calidad general de los radioaficionados.

Desde el año 2005 transmito prácticas de CW en 3514 kHz desde el Radio Club Pampeano, todos los miércoles de 21.00 a 22.00 hora LU.

La enseñanza que había abandonado en el año 2000 la retomé en el 2008 y tuve la enorme satisfacción que las últimas Comisiones Directivas del Radio Club Pampeano fueron formadas casi en su totalidad por mis ex-alumnos y a mi pregunta de:

¿Qué es un radioaficionado?

La contestó un alumno recién ingresado cuando me dijo:

Hay que tener mucho amor para hacer esto.

Eso es, me dije...,

un radioaficionado es la persona que hace lo que hace porque ama la radio, sin ninguna otra connotación.

Por supuesto que hay otras definiciones más técnicas, más elaboradas, pero ninguna con la emoción de la que encontré donde menos lo pensaba.

Héctor Mario Ombroni—LU6UO—2 de noviembre de 2013