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- Estamos convencidos que la modificación y/o renovación de la reglamentación no es imprescindible, toda vez que los problemas que enfrenta la radioafición en la Argentina no se originan por una deficiente o desactualizada reglamentación. En consecuencia modificar y/o renovar el reglamento no producirá el efecto deseado, esto es, la superación de la crisis que nos envuelve. 

- La sociedad en la que vivimos no parece ser la sociedad que pretendemos y las vivencias de las generaciones a las que intentamos formar se muestran deformadas por los valores del individualismo mal entendido y el mercantilismo a ultranza. 

- El radioaficionado debería saber comprender, en toda su dimensión, acerca del instrumento que utiliza, como funciona su equipo, cuales son sus componentes, y, en lo posible, como construirlo y como repararlo, porque el radioaficionado no solo depende de su equipo sino que su razón de ser, su función, depende de este y la ciencia a él asociada. Un radioaficionado sin equipo o proyecto de él, no es tal. 

- Deberíamos tener estrategias de aquí en adelante para que podamos hacer retroceder esta actitud de adquirir cada vez menos conocimiento que nos ha invadido, porque con ciudadanos carentes de la preparación necesaria no se puede construir una gran Nación. 

- Estas estrategias, en el caso de los radioaficionados, deberían estar basadas en la ley que los creó: "Un servicio para el estudio, la experimentación y la enseñanza de comunicaciones" , cuya base es la Radiotecnia. 

- Esta definición no pone límites a ningún modo, todos se pueden utilizar en el marco que establece la reglamentación y las bandas asignadas. 

- Somos ardientes defensores de todos los modos y su conocimiento en profundidad (únicamente los radioaficionados tenemos ese privilegio). Debemos ser muy cautelosos a la hora de criticar uno u otro sistema por su ancho de banda o velocidad de transferencia. Muy por el contrario, podemos asegurar que son estos los más adecuados para realizar las experiencias más 
simples, económicas e instructivas y por ende, se debería trabajar para su mayor conocimiento y difusión. Todos, absolutamente todos tienen sus ventajas y sus desventajas. Quitar cualquier parte de un examen porque parece difícil es subestimar gravemente, la capacidad e idoneidad de estudiantes y profesores y mutilar las posibilidades del saber. 

- En verdad tenemos la impresión que históricamente la calidad del radioaficionado medio ha decaído, salvo honrosas excepciones, pero aquí no hablamos de excepciones. 

- En este momento encontramos Instituciones que no hallan el camino y se han convertido en grupos sociales de entretenimiento, otros han casi desaparecido y otros sobreviven con dificultad justamente porque no tienen 
en claro los objetivos del Servicio de Radioaficionados. 

- Los cursos de ingreso no parecen dar solución al problema de la motivación, interés, y/o la obtención efectiva de conocimiento. Es posible que el problema y la solución haya que buscarlos en otra parte, profundizando en las causas. 

- Encontramos que muchos aficionados, hoy, no simpatizan con los radioclubes, lo que parecería ser el resultado de una excesiva "institucionalización" de organizaciones que quizás funcionarían mejor como agrupaciones más sencillas y espontáneas. 

- Muchos con quienes hemos consultado ven con suspicacia esos cursos y demás "obligaciones", interpretándolos como manejos orientados a la obtención de fondos para el sostenimiento de una organización a la que no desean pertenecer, aunque esto no significa que sus creencias sean ciertas. Si el fin es limpia y sanamente educativo, deberían implementarse 
los medios necesario para que no quede ninguna duda de ello. 

- Sostener mecanismos de enseñanza excluyentes que hagan depender (quizás compulsivamente como en la práctica sucede actualmente) al aficionado de los clubes, puede resultar todo un error. Ampliar las alternativas y posibilidades de autoeducación y educación a distancia con la ayuda de los pares podría ayudar a unos y otros. 

- La historia de la radioafición en la argentina se construyó sin la dependencia actual de las organizaciones, no parece que el pasado haya resultado peor que el presente, por el contrario es recordado por casi todos como una época de oro. 

- No tenemos una opinión adversa de los radioclubes, todo lo contrario, pero creemos que justamente es necesario hacer eso para recuperar para ellos una genuina imagen de asociación sana, libre y desinteresada, en lo económico, en el poder o en el control de la actividad. 

- Estamos interesados en recuperar (y aún mejorar) los niveles de calidad, entusiasmo y motivación típicos de las décadas anteriores al 80. No creemos que ello se logre aumentando o disminuyendo las exigencias formales, sino trabajando para recuperar el aprecio por los valores que ellas representan. 

- Hoy el radioaficionado debería tener conocimiento de todas las tecnologías y hay radioclubes que no pueden responder a las nuevas y tampoco a las antiguas por falta de presupuesto y/o carencia del conocimiento entre sus integrantes. 

- Mientras que algunos grupos que realizan su actividad sin ninguna clase de ataduras producen día a día trabajos de distinto alcance tecnológico, operativo y/o social, las Instituciones carecen de un proyecto o plan de desarrollo que ayude y oriente para llevarlas adelante en un marco de previsibilidad y futuro promisorio, mucho antes que alguna modificación de los reglamentos actuales, que inevitablemente será discutida, por no haberse efectuado un profundo análisis de la situación actual y las causas que la originaron. 

- Por su parte el Estado, al delegar en los Radioclubes gran parte de la administración, enseñanza, habilitación y renovación de licencias sin ninguna contraprestación, como un aporte monetario y/o tecnológico para la enseñanza, ha desalentado la participación de los elementos más capaces en aspectos tecnológicos, quienes se ven obligados a realizar tareas administrativas lejanas a la actividad de un radioaficionado. Como resultado de ello, el sistema administrativo es mucho más eficiente que el sistema tecnológico y operativo, lográndose, no obstante los esfuerzos aislados de muchos de ellos, solo radioaficionados con limitados conocimientos. 

- En relación al radioaficionado con categoría elevada, no creemos que debamos conformarnos con conocimientos básicos o técnicas elementales, sino por el contrario, una categoría "Superior" debería representar conocimiento, entrenamiento y destreza "superiores", porque a la hora de servir a nuestra comunidad, se precisa de nuestra máxima capacidad; eso es lo que hay que alentar y estimular mediante las categorías. Actualmente un integrante de la categoría Superior es visualizado como alguien casi sin mérito, eso no es casualidad. Nosotros debemos trabajar para que sea un sujeto digno de admiración y de emulación, algo que nos gustaría ser, un verdadero Maestro. 

- Creemos, que la situación actual no es producto de hombres mediocres, además, en una concepción que, como la nuestra, postula que la educación y la historia personal y social condiciona el carácter de los individuos, ese tipo de hombre, en todo caso, no es causa sino víctima. 

- Existen, si, métodos mediocres, y esos métodos, que aplastan a los hombres de carne y hueso, son responsables, en buena parte, de una situación que se evidencia en esos centenares de concursos, y actividades llenando el éter de voces, más no de contenidos..., allí mismo, donde hace apenas unos pocos lustros, oíamos a entusiastas aficionados intentando comprender y construir el fascinante mundo de la radio.

- Estamos convencidos que quienes nos antecedieron en esta empresa eran hombres inteligentes, capaces y bien intencionados, por tal razón no aspiramos a echar por tierra sus años de experiencia y trabajo para sostener nuestra actividad; pretendemos, si, seguir construyendo y perfeccionando su obra, por eso decimos que: 

- Esta es una buena oportunidad para detener las propuestas que solo determinan procedimientos y acciones administrativas, esta es la mejor oportunidad para que entre todos, podamos elaborar un Programa de Desarrollo Estratégico del Servicio de Aficionados, con objetivos sólidos y una visión amplia, que nos permita diseñar un futuro previsible y promisorio para todos 
sus integrantes, sin olvidos ni discriminaciones; sin rencores ni ambiciones personales, para que después, y solo después, podamos ajustar nuestros reglamentos sabiendo cuales son nuestras necesidades y objetivos. 

- Pongamos el Caballo delante del Carro y no al revés.

República Argentina, Junio de 2006