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Amante de la calidad y la superación de los radioaficionados. La ética era un hecho natural para él.

Llevaba a cuestas su calidad innata de líder, con ojos y oídos atentos hacia quienes se le acercaban. Los que lo extrañamos enumeramos sus cualidades quizás en un vano intento por recuperarlo, pero sé que la única manera de honrarlo es continuando su obra con las herramientas que dispongamos.

 

Leí alguna vez que alguien enseñaba hasta con sus silencios (Palabras de LU5UEA) y nada más ajustado cuando uno comparte horas de trabajo junto a Uranito. Aprendí a aprehender sus enseñanzas, sus sugerencias y sobre todo sus silencios reflexivos. Aprendí a ir de frente y al frente cuando las ideas que se exponían beneficiaban a todos y no llevaban ningún interés personal. Me sentí honrado por su trato amistoso, siempre abierto, alegre, por momentos incisivo y me atreví a llevarlo al terreno de las bromas personales en muchas ocasiones. Casi era como un padre o un segundo hermano y me trataba como si lo fuera.

Leía con mucho interés las notas que publicaba en la desaparecida y recordada revista RADIOFRECUENCIA, cuando todavía la divulgación por internet no se había difundido. Su afectuoso recibimiento al grupo me impulsó a mantener esa naciente amistad. Jorge Versalovitch (SK) LU7XP y Martín Lawrence (SK) LU4XS eran apoyo incondicional a su ímproba tarea de recuperar la actividad de los radiotelegrafistas argentinos, cuando el GACW había dado sus primeros pasos fundado en 1977 por Raul Diaz (LU6EF) y LU2DFX. El documento de presentación era una obra maestra del amor por la radioafición y la defensa de sus mejores valores.

Aunque mis pensamiento son dispersos me disculpo, porque son tantas las ocasiones de compartir sus ideas que me llevarían muchísimo tiempo expresarlas en forma cronológica y de todas formas sonarían casi frías al mencionar fechas y lugares, sin detenerme para contar todo lo que antecedía y lo que sucedía durante nuestras expediciones a distintos lugares del país, incluida la Antártida Argentina. Así visitamos Corrientes, Catamarca, La Rioja, San Luis, San Juan, Morse (Bs. As) y distintas bases antárticas gracias a su impetuosa iniciativa.

Concursero de alma, casi tenía un fixture en su mente y a veces lo seguíamos muchos kilómetros cuando íbamos varios a San Martín de los Andes, empujados por su entusiasmo y honrados por acompañarlo o abría las puertas de su casa para hacerlo.

Gran conversador, conocedor de gentes, tengo una anécdota graciosa de mi pueblo, Pico, cuando convenció a una vecina de que la interferencia que hacíamos se producía por la falta de calidad del Televisor, cosa que no habíamos logrado nosotros durante mucho tiempo y razones valederas.

Es difícil resumir en pocas palabras toda una trayectoria de vida hecha con amor y dedicación por la radioafición y sus mejores valores. Solo sé que hemos perdido a uno de los grandes hacedores que han enaltecido la actividad de los radioaficionados.

Que su recuerdo nos sirva de ejemplo para continuar su obra.


HECTOR MARIO OMBRONI
LU6UO- GRAL. PICO 19/12/13